Poder en Tiempos Revueltos: ¿Personalizado o Socializado?

Lord Acton afirmaba que “el poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente”. Seamos sinceros, el poder tiene mala prensa y muchos piensan que los que lo ostentan tienden a aprovecharse de los demás de forma desalmada. No sin razón en muchas ocasiones. Pero, nos guste o no, el poder es una realidad, un componente intrínseco de cualquier organización humana. La gran diferencia: la forma de ejercerlo.

Es importante distinguir poder de autoridad. La autoridad es el “derecho” o la “obligación” de procurar la obediencia, en cambio el poder es la “capacidad demostrada” de lograr que las cosas se hagan. El poder no siempre tiene que estar asociado a la autoridad. De hecho, una persona que no ocupa puestos directivos puede tener un elevado grado de poder gracias a sus relaciones sociales o a sus conocimientos.

Por otro lado, podemos diferenciar dos tipos de poder: el poder personalizado y el socializado. Desgraciadamente solemos asociar poder a poder personalizado, es decir, a su uso egoísta (absolutamente centrado en el “yo” del que lo ejerce), y nos olvidamos del poder socializado (centrado en el “nosotros”), ese poder que se preocupa por los demás y está a su servicio.

El poder personalizado se centra en la autoridad, la amenaza, el miedo y la sumisión. Aquellos que desgraciadamente sólo han conocido este tipo de poder, se limitan a obedecer de forma reactiva los impulsos generados por la tiranía de los “azotes” y las “zanahorias”. Por el contrario, los que han conocido el poder socializado, saben perfectamente que fomenta la motivación intrínseca, la proactividad y el talento de las personas; sin olvidar su fuerte impacto en el compromiso y en la reducción de la rotación.

La pregunta es: ¿Qué necesitamos en momentos de crisis, poder personalizado o socializado? Algunos afirman que la única opción es el personalizado, aderezado con mucha, muchísima, autoridad…

8 comentarios en “Poder en Tiempos Revueltos: ¿Personalizado o Socializado?

  1. Hola Juan. Yo lo tengo claro.
    En momentos de crisis hay MIEDO….esto nos lleva a estrategias de supervivencia, pero si no somos proactivos, las sinapsis neuronales se paralizan….y en esas circunstancias es imposible apelar a la confianza, a la ilusión, a la creatividad y la innovación…curiosamente los ingredientes para ser productivos.

    La estrategia de Palo y zanahoria genera aún más presión y más miedo.

    La solución: dirigir desde la autonomía, maestría y propósito.
    No lo digo yo, lo dice Dan Pink que a su vez dice que lo confirma la ciencia.

    Hablaba de esto hace unas semanas en mi blog…
    http://brandcoaching.wordpress.com/2009/09/25/lo-que-dice-la-ciencia-vs-lo-que-hacen-las-empresas/

  2. Buenos días,

    únicamente espero que las ansias de poder de algunos (personas y grupos), y las ganas de acaparar nichos y nichos de mercado no acaben generando una auténtica «convulsión en la conversación».
    La conversación y la interactividad del talento se ha rebelado contra lo establecido… espero que no ocurra como vaticinaba Orwell en su granja: Todos los animales son iguales…. pero algunos son más iguales que otros.
    http://reinbizz.blogspot.com/2009/11/pero-algunos-son-mas-iguales-que-otros.html
    No os perdáis el vídeo que propone brandcoaching… realmente imprescindible.
    Saludos,
    Pepe Moral

  3. El poder personal, el autoritario es mas facil de percibir y de entender por los que tienen miedo. Cuando Primo de Rivera llegó al poder en 1923 mediante un golpe de estado fue recibido «con alfombra roja», hoy en día, algun «prestigioso» economista se jacta de los logros Keynesianos del dictador (aunque reconoce que ni él mismo era consciente de ese hecho) , y en 1992, un profesor de derecho constitucional que me impartía clase, jaleaba el gran número de fuentes públicas que habia construido este hombre, por lo demás abúlico y mediocre, abandonado a última hora por los suyos, y dando de comer a las palomas en los parques de París. Es decir ese poder personal diluido en la nada.
    En tiempos revueltos, el miedo quiere inmediatez y falta de pensamiento.

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